lunes, 21 de junio de 2010

¡¡Qué extraña manera de festejar el bicentenario cultural de la Patria!!

¡¡Qué extraña manera de festejar el bicentenario cultural de la Patria!!

La foto que ilustra estas reflexiones, data apenas de cinco minutos antes de que los intereses desaprensivos de turno, pulsaran el detonador de los explosivos que extirparon de cuajo la histórica chimenea de la otrora brillante empresa de la Cervecería Córdoba. Corrían las 13.10 hs del día 15-4-2010.

En esta querida ciudad – que me duele todo el cuerpo – actúa desde hace varios años, un escuadrón de “piqueteros”. Lo digo así porque portan una “piqueta de demolición”, a cada lado de la cintura, especie de 38 largo al estilo del cowboy COLT MILLER. Transcurren su vida reptando en oscuros vericuetos de reparticiones estatales, afilando sus abominables herramientas de tortura del patrimonio histórico y afectivo de nuestra aldea, a la espera de la orden “demoledora” del ataque final.

Antes de esos cinco minutos finales, aparecieron los chapulines colorados, amagando con la vaina, careteando cámaras y grabadores, con una vincha que decía: soy inocente. Idas y venidas. Canales de TV, movileros, griteríos. Los que se dolían y a los que no les importaba un joraca.

En medio de tanta discusión cirquera, un romo ¡PUM! traicionero ¡que no se escuchó!, ¡Sin aviso, arteramente!. La chimenea comenzó a ladearse. A medio camino se quebró en codo como negándose a caer. Fue un directo al corazón: K.O. y al suelo. Polvaderal y tristeza. ¡Y fue tarde para todo!. Las lágrimas del desamparo surcaron las mejillas de los que otrora ponían sus relojes en hora y acudían al llamado ronco de sirena de barco, del “pito de la cervecería”. Gente de trabajo. Pero de confianza… (como rezaba la publicidad).

Digo: ¿Porqué la Torre de Pisa sigue en pié? ¿Alguien puede responder?. (Estoy muy caliente. Voy a volver sobre el tema). Dicen que van a hacer otra chimenea, pero pienso como Silvio Rodríguez: “Solo quiero mi Unicornio Azul”


Solamente el humor cordobés me saca y ayuda a seguir, “Comentar que la Torre de Pisa está inclinada porque tuvo más intuición que las Torres Gemelas”.

Les dejo esto: “Si tienen proyectos para un año, siembren trigo. Si los tienen para diez años, planten árboles. Si son para toda la vida, eduquen al hombre


Por Juanjo Salas Ross, especial para Letras para el café

sábado, 12 de junio de 2010

RAFAEL ROLDÁN AUZQUI

Por: Rafael Roldán Auzqui

roldan_auzqui@hotmail.com



El autor: nacido en la Ciudad de Córdoba (Argentina), en 1960. Es profesor y licenciado en Letras Modernas (Universidad Nacional de Córdoba). Poeta, narrador, ensayista, educador, coordinador de talleres de escritura creativa y autoconocimiento, de reconocida trayectoria en nuestro medio.

Sus colaboraciones figuran en periódicos y revistas del país y del extranjero. Diversas antologías lo incluyen, entre ellas: Las provincias y su literaturaCórdoba (Bs. As., Colihue, 1985) y 500 Poetas Latinoamericanos (Valparaíso, Chile, Correo de la Poesía, 1992). Entre sus libros publicados figuran: La Raíz del Vuelo (1980); La Región del Salto (1986); Haikus a Flor de Voz (1997); Emergencia Solar (1998); La Llave Dorada (2004) y Vuelo 25 –Antología bilingüe- (2005).

Su afán por conciliar la cultura occidental y la sabiduría de Oriente lo llevó a experimentar la espiritualidad de la milenaria India en 2001 y 2008.



La Patria



A la Nación Argentina, en su bicentenario.

Nuestro futuro de argentinos

–cruce de pueblo, sol y palabra-

cultiva la raigal decisión

de enarbolar el jirón de luz

que desde la sangre se pronunciara

y a este cielo más cielo lo volviera.

Viejos bronces se desentienden

de tanta polvorienta indiferencia

y alzan su voz soberana,

ante el desvelo de sueño creciente

de aquella inmensa minoría

-devota de multitudes-

que sabe de la Patria y su llamado.

¿Acaso la Patria

es sólo un nudo de fechas,

una tregua embanderada de próceres,

en medio de la insistente lucha

a la que –a diario- nos lanzamos?

¿Qué es la Patria

sino una verdad

hecha de olvido y de certeza,

una mirada sobrecogida y profunda,

un abrazo inabarcable como la pampa,

un grito que alerta y esparce

el corazón de la tierra?

¿Qué es la Patria

sino una nave más ancha

que todos nuestros mares,

un río que desborda nuestros cauces,

una trama de agua

reteniendo a todos y a ninguno?

¿Qué es la Patria

sino silencio que muerde las espaldas

de los que callan sus victorias

y aprenden de sus derrotas,

y así agiganta sus pasos

anónimos y heroicos?

La Patria: instante vívido y eterno.

ALFREDO LEMON

Alfredo Lemon (*)

alfredo_lemon@yahoo.com.ar



Ante la tumba del Mahatma Gandhi,

en Nueva Delhi

Cuando agoniza un hombre,

agoniza Occidente.

El ruido del mundo ensordeció la música de la mística,

la pulpa del silencio.

Cada lágrima enseña una verdad.

Cada deseo demanda demasiado.

No eres tu cuerpo

-frágil, débil ante el fin-

sino un soplo que sólo se rinde a los pies del Todo,

inmortal.

En el centro ético de todo problema práctico

hay un reclamo constante:

ninguna causa esencialmente justa puede considerarse perdida.

La paz?

Cómo proclamarla

cuando el odio se ha enquistado en los tronos de la tierra.

La rectitud?

Cómo predicarla

cuando los líderes sólo defienden sus riquezas?

Tú, escritor, darías la vida por la palabra?

Te esforzarás por el poema?


(*) Miembro del Foro Internacional de Literatura y Cultura por la paz.

POESÍA - GONZALO SALESKY

El autor: nació en Córdoba en 1978. En el año 2009 publica “2011, su primer libro de poemas y cuentos, y obtiene “Mención de Honor” en el Concurso Internacional de Microficción para niñas y niños “Garzón Céspedes” (España), organizado por la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE), en la categoría cuento hiperbreve. En 2010 es finalista del I Premio Internacional Grup Lobher de Relato Temático (España). Otras publicaciones: “La maga” (cuento), revista “Gaviotas de Azogue” Nº 93 (España, octubre de 2009); “Nieve” (relato), Antología del I Premio Internacional Grup Lobher de Relato Temático (España, mayo de 2010). El libro 2011 puede bajarse gratuitamente (en formato PDF) desde la dirección:

dosmilonce.blogspot.com

LIBERTAD

¿Creés que la libertad es mi remedio

cuando no me educaron para usarla?

¿Creés que la vida es el destello

de lo que no hubo ni que jamás habrá?

¿Por qué se empeñan en mentirnos tanto?

¿Por qué se esmeran en burlar esta ansiedad?

¿No ven que sólo aumenta nuestra ira

con la impotencia de no poder pelear?

Aunque duelan las próximas derrotas

no quiero ser la sombra de tu altar,

tampoco el adorno de tu nuca,

ni una piedra preciosa en pedestal.

¿Realmente creés que así es la vida,

que no es posible otra sociedad?

Hay conciencias que deben despertarse

y sueños que merecen realidad.

HISTORIA ARGENTINA








Por Esteban Dómina
www.estebandomina.com.ar


El autor: nació en Las Varillas, provincia de Córdoba, un 15 de abril de 1952. Actualmente reside en Agua de Oro, Sierras de Córdoba. Se graduó de Contador Público y Licenciado en Administración en la Universidad Nacional de Córdoba. A su tiempo ejerció la profesión, fue docente universitario y en el campo de la función pública ocupó diversos cargos legislativos y ejecutivos, tanto en el orden provincial como nacional.

Su afición por la literatura y la escritura es de toda la vida. Publicó numerosos artículos, ensayos y notas en distintos medios gráficos y es autor de seis libros: De puño y letra (1998), Historia mínima de Córdoba (2003), La misteriosa desaparición de Martita Stutz (2005), Morir en grande (2006), Caso Penjerek (2007) y Caso Yalovetzky (2008).

Es, además, conferencista y columnista de historia argentina del diario La Voz del Interior y de medios radiales y televisivos de Córdoba.

CONTAR LA HISTORIA


La celebración del Bicentenario es una buena ocasión para poner en debate cómo contar la historia. Si de una manera lineal, episódica, o interpretando el contenido de cada etapa. La primera fue adoptada durante décadas por la escuela argentina y reproducida a mansalva en manuales y textos escolares, representaciones alegóricas y discursos de ocasión. La segunda, en tanto, fue ganando espacios en los últimos años, permitiendo al público asomarse a otra visión de la historia, más amena y esclarecedora a la vez.

La Revolución de Mayo no podía escapar a la ambigüedad señalada. Veamos. La escuela la presentó -y en muchos casos sigue presentando- como un acontecimiento casual, despojado de contenidos como no sea una vana efusión de patriotismo y mucho cotillón celeste y blanco, aun cuando la bandera no se había creado. Se priorizaban las formas por sobre los contenidos, era más importante tiznar las caritas de los niños con corcho quemado y disfrazar a las niñas de dama antigua que explicar, en un lenguaje acorde a la edad, los verdaderos alcances de aquel movimiento.

Casi podría decirse que durante generaciones se transmitió una imagen del 25 de Mayo edulcorada y cándida, cuando fue todo lo contrario. Aunque ese día no corrió sangre –la sangre corrió a raudales más tarde, durante la guerra de la independencia- no fue una jornada ingenua ni fortuita. Fue más bien el remate de una operación concebida por un núcleo de patriotas que la llevó a cabo de manera planificada y eficaz. Tampoco el objetivo era inocente, se trataba de una disputa de poder, de arrebatárselo a los representantes de la corona española caída en desgracia para ponerlos en manos de la gente de acá, de los llamados criollos.

Puestas las cosas de esa manera, poco importa si ese día llovía o no, si hubo paraguas o de qué color eran las cintillas que repartían French y Beruti. Lo que realmente importa es que prevaleció el sentimiento de libertad e independencia frente al statu quo que representaba el poder español. La ilusión de construir una patria americana a ser súbditos de un reino remoto y ajeno.

El mejor homenaje que puede hacerse a los protagonistas de esa primera hora no es entonces sacralizarlos en imágenes solemnes y acartonadas, sino destacar su valor y claridad de propósitos para concretar un sueño. Y no quedarnos con la foto de ese día feliz, sino contar cómo siguieron las cosas, la guerra que vino después y el infortunio que le esperaba a cada uno de ellos, que en pocos años fueron devorados por la adversidad, el olvido o la tragedia. Como Mariano Moreno, que murió en alta mar, o Castelli, juzgado por sus pares. O Belgrano, pobre y enfermo. Y así.


ESCUELA BLANCA FEIT







Por Stefanía Lamas
stefania.lamas@hotmail.com

A VECES SIENTO COSAS QUE NO PUEDO CONTAR, Y ESCRIBO…


Todo empezó el año pasado en un taller literario. Sin embargo, las ganas y la creatividad no quisieron quedarse sólo allí…y en forma de palabras y dibujos, quisieron salir y buscar nuevos ojos para ser descubiertas. Al salir, se agruparon todas bajo un mismo nombre: “Historias del corazón y la vida”.

Los protagonistas de esas palabras y dibujos fueron los alumnos de la Escuela Blanca Feit de sexto grado, quienes adoptaron el taller - propuesto por la maestra Guadalupe Zurita- como el lugar para contar esas cosas que de otra forma no podían.

Siete jóvenes aceptaron el desafío mayor: sacar lo que tenían dentro. Como bien lo dice Brenda (16) “Al principio todos decíamos que no íbamos a poder sacar los sentimientos que teníamos… todos teníamos miedo”.

El taller fue tomando forma de proyecto, gracias al empuje de la maestra, el apoyo de la directora Gabriela Zalazar y el entusiasmo de los chicos.

Cada uno con una función específica pero no determinante, fueron llevando a cabo la tarea. Estaban los que escribían: Micaela Argüello, Milagros Torres, Brenda Ponce y Valentín Seguel; y los que diseñaban, tipeaban y diseñaban: Matías Oviedo, Yonathan Roldán y Tomás Castagño.

A pesar de las dificultades psicomotoras que cada uno presenta, encontraron la forma, otra forma, una alternativa para poder decir. En consecuencia, el personal de la escuela adaptó las computadoras en función de las necesidades; y las ganas fueron mayores que los miedos. Como dice la maestra “superando limitaciones que no fueron barreras, sino desafío”.

A medida que el año avanzaba, los escritos también. Las experiencias fueron diferentes en cada uno. Brenda asegura que este proyecto le permitió descubrir “una parte de mí que no había descubierto”. Por su parte, Valentín (15) cuenta que el proyecto le gustó porque “a veces siento cosas que no puedo contar, y escribo”. Y Yonathan (17) dice que al terminar de escribir se siente más contento. A pesar de que su tarea era dibujar y tipear, se permitió experimentar con la escritura.

El libro

El proyecto llevó varios meses y finalmente a fines de 2009 pudo verse concretado en un libro llamado “Historias del corazón y la vida” de poemas y cuentos. La elección del nombre fue un debate interesante, en un principio iba a incluir la idea de “especial”, sin embargo consideraron que lo importante era destacar las capacidades y que además, todos en algo somos especiales.

La confección del material estuvo a cargo de Lucila Morán, una persona allegada a Guadalupe, quien desinteresadamente colaboró fuertemente para el armado y el diseño del escrito.

Cuando los chicos vieron el trabajo finalizado se sorprendieron. “No lo podíamos creer”, dice Valentín. A lo que Brenda agrega “sentimos mucha emoción y que por fin había algo en donde nos habíamos podido expresar”. Y a pesar de que no pudieron hacerse muchas impresiones, las que se obtuvieron se distribuyeron entre los chicos y familiares.

Desde la dirección, Gabriela evalúa la experiencia y en relación con la familia, afirma que “ha sido un elemento multiplicador… el lugar que los chicos han ocupado a través de esto, la mirada de las familias en relación a los chicos se ha ido modificando, el trabajar sobre la posibilidades, el `poder hacer´ de los chicos también ha modificado la realidad de la familia,”. Y en lo que se refiere a los chicos, dice que ellos han transformado “sus miradas sobre ellos mismos, y han demostrado y han visto que pueden hacer cosas”.

Este año, la propuesta es seguir escribiendo, posiblemente para otro libro. Pero a ello se suma la alternativa de hacer una radio en la misma institución ubicada en barrio Las Palmas. Se llamaría: “Las mañanas de la Feit”.

El Cine Argentino en el Bicentenario

Por Jorge Giménez Dreller

En el bicentenario del surgimiento de la Patria , deseo destacar, que no es superfluo hablar de la evolución del CINE ARGENTINO, como una de las manifestaciones culturales, artísticas (y también de producción industrial) que más repercusión han tenido .

Es indudable que de todos los espectáculos que pudiéramos denominar populares, ninguno tiene la relevancia, en número de espectadores, que posee el cine y esto se puede evaluar también en cantidad de películas, como el número de pantallas, en ciclos de cineclubes, festivales, escuelas de cine, premiaciones y demás.

En este esquema, el cine producido en nuestro país tiene una gran transedencia. Aunque lejos del monstruo multifacético que es Hollywood, fuera de él, el cine que se realiza en la Argentina puede competir sin desmedro con las cinematografías más desarrolladas en el mundo.

El país empieza a despuntar el hielo cinematográfico, casi en simultáneo con las naciones más avanzadas, ya que, por ejemplo, se realizó aquí “Nobleza Gaucha”, el primer film local de gran importancia (aún mudo) en 1915.

Por supuesto que en Siglo XIX, cuando nacía la Nación, todavía el cine, en el mundo, no había alcanzado la mínima posibilidad de impulso (ya que la tecnología, aunque avanzaba, iba a un ritmo lento), aun cuando ya se hicieran experimentaciones en Europa y los Estados Unidos. Pero para el primer centenario, en 1910, todo estaba ya por comenzar, y listo para un lanzamiento, impulsado por los Lumiere de Francia, o por otros pioneros en la nación del norte (como Edison).

Desde una de las primeras películas sin sonido concretado en el país, “Flor de Durazno” (filmada en las sierras de nuestra Córdoba), cuando actuaba un Carlos Gardel obeso pero ya en germen del excepcional autor e interprete que fue, o desde “Tango”, la primera película argentina hablada ( 1933) y donde, entre otros, Luís Saudrini y Tita Merello ya lucían su fibra de grandes artistas, hasta el OSCAR obtenido este año 2010 para la exitosa obra de Juan José Campanella, “El secreto de sus ojos” (con un antecedente, la otra estatuilla de la academia de Hollywood que ganó el cine nacional con “La historia oficial” en 1986) ha pasado hace mucho tiempo, sin duda.

Hubo épocas distintas, de más o menos producción de mayor o menor calidad y observamos lo que se dio en llamar : “la época de oro del cine argentino” (en los años 40,´50 y hasta los ´60), cuando la producción era muy amplia, y la taquilla respondía generosamente a nuestras películas. Después vino un periodo de aquietamiento .

Pero en los últimos años esa tendencia se revirtió y hay una pantalla nacional rica en premios y en éxitos. Contribuye también a esto un INCAA que mueve positivamente en su función y en promoción y apoyo.

En suma, el Bicentenario encuentra al país cinematográfico en pleno y sostenido resurgimiento, es probable, eso si, que aún haga falta que el gran público se vuelque un poco más a nuestros films. Paro las más de 2.500.000 personas que vieron la película de Campanella, o el éxito que ahora esta sosteniendo el film de Burman “Dos hermanos”, o lo más reciente “Carancho” (que arrancó muy bien), pretende, es nuestra suposición, que nos hallamos en el buen camino.