sábado, 12 de junio de 2010

El Cine Argentino en el Bicentenario

Por Jorge Giménez Dreller

En el bicentenario del surgimiento de la Patria , deseo destacar, que no es superfluo hablar de la evolución del CINE ARGENTINO, como una de las manifestaciones culturales, artísticas (y también de producción industrial) que más repercusión han tenido .

Es indudable que de todos los espectáculos que pudiéramos denominar populares, ninguno tiene la relevancia, en número de espectadores, que posee el cine y esto se puede evaluar también en cantidad de películas, como el número de pantallas, en ciclos de cineclubes, festivales, escuelas de cine, premiaciones y demás.

En este esquema, el cine producido en nuestro país tiene una gran transedencia. Aunque lejos del monstruo multifacético que es Hollywood, fuera de él, el cine que se realiza en la Argentina puede competir sin desmedro con las cinematografías más desarrolladas en el mundo.

El país empieza a despuntar el hielo cinematográfico, casi en simultáneo con las naciones más avanzadas, ya que, por ejemplo, se realizó aquí “Nobleza Gaucha”, el primer film local de gran importancia (aún mudo) en 1915.

Por supuesto que en Siglo XIX, cuando nacía la Nación, todavía el cine, en el mundo, no había alcanzado la mínima posibilidad de impulso (ya que la tecnología, aunque avanzaba, iba a un ritmo lento), aun cuando ya se hicieran experimentaciones en Europa y los Estados Unidos. Pero para el primer centenario, en 1910, todo estaba ya por comenzar, y listo para un lanzamiento, impulsado por los Lumiere de Francia, o por otros pioneros en la nación del norte (como Edison).

Desde una de las primeras películas sin sonido concretado en el país, “Flor de Durazno” (filmada en las sierras de nuestra Córdoba), cuando actuaba un Carlos Gardel obeso pero ya en germen del excepcional autor e interprete que fue, o desde “Tango”, la primera película argentina hablada ( 1933) y donde, entre otros, Luís Saudrini y Tita Merello ya lucían su fibra de grandes artistas, hasta el OSCAR obtenido este año 2010 para la exitosa obra de Juan José Campanella, “El secreto de sus ojos” (con un antecedente, la otra estatuilla de la academia de Hollywood que ganó el cine nacional con “La historia oficial” en 1986) ha pasado hace mucho tiempo, sin duda.

Hubo épocas distintas, de más o menos producción de mayor o menor calidad y observamos lo que se dio en llamar : “la época de oro del cine argentino” (en los años 40,´50 y hasta los ´60), cuando la producción era muy amplia, y la taquilla respondía generosamente a nuestras películas. Después vino un periodo de aquietamiento .

Pero en los últimos años esa tendencia se revirtió y hay una pantalla nacional rica en premios y en éxitos. Contribuye también a esto un INCAA que mueve positivamente en su función y en promoción y apoyo.

En suma, el Bicentenario encuentra al país cinematográfico en pleno y sostenido resurgimiento, es probable, eso si, que aún haga falta que el gran público se vuelque un poco más a nuestros films. Paro las más de 2.500.000 personas que vieron la película de Campanella, o el éxito que ahora esta sosteniendo el film de Burman “Dos hermanos”, o lo más reciente “Carancho” (que arrancó muy bien), pretende, es nuestra suposición, que nos hallamos en el buen camino.

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