sábado, 12 de junio de 2010

ESCUELA BLANCA FEIT







Por Stefanía Lamas
stefania.lamas@hotmail.com

A VECES SIENTO COSAS QUE NO PUEDO CONTAR, Y ESCRIBO…


Todo empezó el año pasado en un taller literario. Sin embargo, las ganas y la creatividad no quisieron quedarse sólo allí…y en forma de palabras y dibujos, quisieron salir y buscar nuevos ojos para ser descubiertas. Al salir, se agruparon todas bajo un mismo nombre: “Historias del corazón y la vida”.

Los protagonistas de esas palabras y dibujos fueron los alumnos de la Escuela Blanca Feit de sexto grado, quienes adoptaron el taller - propuesto por la maestra Guadalupe Zurita- como el lugar para contar esas cosas que de otra forma no podían.

Siete jóvenes aceptaron el desafío mayor: sacar lo que tenían dentro. Como bien lo dice Brenda (16) “Al principio todos decíamos que no íbamos a poder sacar los sentimientos que teníamos… todos teníamos miedo”.

El taller fue tomando forma de proyecto, gracias al empuje de la maestra, el apoyo de la directora Gabriela Zalazar y el entusiasmo de los chicos.

Cada uno con una función específica pero no determinante, fueron llevando a cabo la tarea. Estaban los que escribían: Micaela Argüello, Milagros Torres, Brenda Ponce y Valentín Seguel; y los que diseñaban, tipeaban y diseñaban: Matías Oviedo, Yonathan Roldán y Tomás Castagño.

A pesar de las dificultades psicomotoras que cada uno presenta, encontraron la forma, otra forma, una alternativa para poder decir. En consecuencia, el personal de la escuela adaptó las computadoras en función de las necesidades; y las ganas fueron mayores que los miedos. Como dice la maestra “superando limitaciones que no fueron barreras, sino desafío”.

A medida que el año avanzaba, los escritos también. Las experiencias fueron diferentes en cada uno. Brenda asegura que este proyecto le permitió descubrir “una parte de mí que no había descubierto”. Por su parte, Valentín (15) cuenta que el proyecto le gustó porque “a veces siento cosas que no puedo contar, y escribo”. Y Yonathan (17) dice que al terminar de escribir se siente más contento. A pesar de que su tarea era dibujar y tipear, se permitió experimentar con la escritura.

El libro

El proyecto llevó varios meses y finalmente a fines de 2009 pudo verse concretado en un libro llamado “Historias del corazón y la vida” de poemas y cuentos. La elección del nombre fue un debate interesante, en un principio iba a incluir la idea de “especial”, sin embargo consideraron que lo importante era destacar las capacidades y que además, todos en algo somos especiales.

La confección del material estuvo a cargo de Lucila Morán, una persona allegada a Guadalupe, quien desinteresadamente colaboró fuertemente para el armado y el diseño del escrito.

Cuando los chicos vieron el trabajo finalizado se sorprendieron. “No lo podíamos creer”, dice Valentín. A lo que Brenda agrega “sentimos mucha emoción y que por fin había algo en donde nos habíamos podido expresar”. Y a pesar de que no pudieron hacerse muchas impresiones, las que se obtuvieron se distribuyeron entre los chicos y familiares.

Desde la dirección, Gabriela evalúa la experiencia y en relación con la familia, afirma que “ha sido un elemento multiplicador… el lugar que los chicos han ocupado a través de esto, la mirada de las familias en relación a los chicos se ha ido modificando, el trabajar sobre la posibilidades, el `poder hacer´ de los chicos también ha modificado la realidad de la familia,”. Y en lo que se refiere a los chicos, dice que ellos han transformado “sus miradas sobre ellos mismos, y han demostrado y han visto que pueden hacer cosas”.

Este año, la propuesta es seguir escribiendo, posiblemente para otro libro. Pero a ello se suma la alternativa de hacer una radio en la misma institución ubicada en barrio Las Palmas. Se llamaría: “Las mañanas de la Feit”.

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